Kaes. La Institución y las Instituciones. Realidad Psíquica y Sufrimiento en las Instituciones.

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Desarrolla el texto en base a tres puntos principales:
  1. Pensar la institución en el campo del Psicoanálisis
  2. Formaciones intermediarias y espacios comunes de la realidad psíquica
  3. Sufrimiento y Psicopatología en las instituciones

1. Pensar la institución en el campo del Psicoanálisis

Pensar la institución: algunas dificultades, especialmente narcisistas

Dificultad que se opone al esfuerzo de constituir la institución (I) como objeto de pensamiento, que depende de los aspectos psíquicos que entran en juego en la relación con las I.

Tres grandes conjuntos de dificultades:
  1. Fundamentos narcisistas y objetales de nuestra posición de sujetos comprometidos en la I. Traban el pensamiento de lo que la I instituye.
  2. Se trata de una condición de irrepresentable, más acá de la represión. I en su dimensión de trasfondo de nuestra subjetividad. (Revela un descentramiento radical de la subjetividad. La I nos precede, nos sitúa, nos inscribe en sus vínculos y sus discursos. Nos estructura y trabamos en ella relaciones que sostienen nuestra identidad. Desubjetiviza y germina en un fuera de nosotros que es una parte de nosotros = externalización de un espacio interno que es la relación más anónima, violenta y poderosa que mantenemos con las I. Espacio psíquico institucional interno – externo, comparable a la pulsión.)
  3. I como sistema de vinculación en el cual el sujeto es parte interviniente y parte constituyente.
Kaes plantea que las I no son inmortales. El orden que imponen no es inmutable, los valores que proclaman son contradictorios y niegan lo que las funda. Lo mudo y lo inamovible depositados en ellas se imponen a nuestra conciencia.

Dos ilusiones:
  1. I está hecha para cada uno de nosotros personalmente.
  2. Es propiedad de un amo anónimo, mudo y todopoderoso.
Hay que rechazar las dos ya que la I nos pone frente a una 4º herida narcisista (las anteriores: Copérnico, Darwin y Freud). Hay que admitir que la vida psíquica no está centrada exclusivamente en un inconciente personal, una parte del sujeto que lo afecta en su identidad y que compone su icc le pertenece a las I en que él se apuntala y que se sostienen por ese apuntalamiento.

La cuestión de la I en el campo del Psicoanálisis

Concebir psicoanalíticamente la I psicoanalítica consiste en descubrir en el campo del trabajo psicoanalítico aquello que del icc y de sus efectos es ligado por los analistas en la I, y en detectar sus efectos en la práctica y en la teoría.

¿Cuáles son las condiciones para que se constituyan una teoría y una práctica psicoanalítica de la I?

1º posibilidad: definir las características de un objeto analizable y de un dispositivo apto para manifestar los efectos del icc operando en ese objeto y capaz de producir efectos de análisis.
2º posibilidad: el de las modalidades específicas de organización de la contratransferencia y de la transferencia y de las resistencias, dentro de un espacio psicoanalítico contenido en un espacio heterogéneo.

Una dificultad específica para incluir la I como objeto posible en el campo del Psicoanálisis depende del hecho de que ella es un objeto heterogéneo respecto de ese campo.

La I es una formación de la sociedad y de la cultura, cuya lógica sigue. La I se opone a lo establecido por la naturaleza. Es el conjunto de las formas y las estructuras sociales instituidas por la ley y la costumbre: regula nuestras relaciones, nos preexiste y se impone a nosotros, se inscribe en la permanencia.

Dos distinciones importantes:
  1. Lo que Castoriadis opone y articula: lo instituyente y lo instituido. Lo imaginario es la atribución de significaciones nuevas a símbolos ya existentes. Lo imaginario social, con la necesidad de la organización y de las funciones, está en la fuente de la institución y en la base de la alienación: la alienación es el momento en que lo instituido domina a lo instituyente.
  2. Opone y articula I y organización (O). La O tendría un carácter contingente y concreto, dispondría de medios para lograr las finalidades.
Castoriadis dice que lo instituido suplanta y reduce la función instituyente de la I.

Una formación psíquica. La I no es solamente una formación social y cultural. Realiza funciones psíquicas múltiples para los sujetos. Moviliza cargas y representaciones que aseguran las bases de la identificación del sujeto al conjunto social, así constituye el trasfondo de la vida psíquica en el que pueden ser depositadas y contenidas algunas partes de la psique que escapan a la realidad psíquica.

1er espacio de análisis: sobre la relación objetal en la I, sobre la constitución de las identificaciones imaginarias y simbólicas, sobre la relación con el encuadre y con la ley y sobre las transferencias de funciones.

2do espacio de análisis: hipótesis de que la vida psíquica supone la I y que ésta es una parte de nuestra psique. (Acá hace un recorrido de lo que dice Freud en Tótem y Tabú, Psi de las masas, el malestar en la cultura, en relación a la psique colectiva, por ejemplo lo de la identificación sobre el estudio que hace de dos I: el ejército y la iglesia). Psi individual es Psi social.

La I precede al individuo singular y lo introduce en el orden de la subjetividad, predisponiendo las estructuras de la simbolización, mediante la presentación de la ley, la introducción al lenguaje, las identificaciones, etc.

La I es a la vez afuera y adentro, consiste en una doble función psíquica: de estructuración y de receptáculo de lo indiferenciado.

3er espacio de análisis: se abre al tomar en consideración el espacio psíquico de la vida institucional. La I tiene que movilizar formaciones y procesos psíquicos. Estas formaciones constituyen la posibilidad de espacios psíquicos conocidos y compartidos. Suponen la construcción, utilización o regulación de un aparato psíquico de enlace que Kaes llama Aparato Psíquico Grupal, que permite pensar el ordenamiento específico de la realidad psíquica del sujeto con el conjunto intersubjetivo del que forma parte y al que da consistencia. De esta manera se organizan dos niveles lógicos: el de la realidad psíquica del sujeto y el de la realidad psíquica que emerge como efecto del agrupamiento.

La I vincula, reúne y administra formaciones y procesos heterogéneos: sociales, políticos, culturales, económicos y psíquicos = Lógica social de la I que constituye el lugar de una doble relación: sujeto con la I y conjunto de sujetos ligados por y en la I.

En las I una gran parte de las cargas psíquicas está destinada a hacer coincidir en una unidad imaginaria los órdenes lógicos diferentes y complementarios, para hacer desaparecer la conflictividad que contienen. Las I fomentan las formaciones que producen la ilusión de la coincidencia y mantienen la relación isomórfica entre los individuos y su grupo apoyándose en los pactos inconcientes que sellan el consenso.

Por otro lado, la capacidad de las I para tolerar el funcionamiento de los niveles relativamente heterogéneos, posibilita la constitución de un espacio psíquico diferenciado.

La multiplicidad de los niveles lógicos produce diferentes efectos:
  • De administración o de transferencia
  • De conflictualidad o de reducción
  • De sinergia y de ensamble ordenados o invertidos.

2. Formaciones intermediarias y espacios comunes de la realidad psíquica

El trabajo se centra en las formaciones y los espacios psíquicos comunes que la I fomenta, produce y administra, a partir de las cargas que ella exige de sus sujetos.

Hay fuerzas opuestas que operan sobre la I: unas trabajan para unificar por medio del desarrollo de la función del ideal, otras trabajan a favor de la diferenciación y la integración de elementos distintos en unidades cada vez mayores, otras promueven el retorno a lo indiferenciado y la reducción de las tensiones, otras trabajan para la destrucción y el ataque.

Formaciones psíquicas intermediarias entre el sujeto singular y los otros. Son las que se dan entre el espacio psíquico del sujeto y el espacio psíquico constituido por su agrupamiento en la I, pertenecen a la relación entre ellos.

Un rasgo constante y determinante de estas formaciones es su carácter bifronte, la comunidad que consolidan mediante pactos, contratos y consenso icc.

Acuerdo icc sobre lo que debe mantenerse en la represión o fuera de toda representación para que las condiciones psíquicas y sociales del vínculo se mantengan en la forma de agrupamiento que lo constituyó. Cada una de estas formaciones asegura, las condiciones psíquicas de la existencia y la vida de la I. Contribuyen a su permanencia. Toda falla de estas formaciones pone en cuestión la I, anula los contratos, pactos, etc.

Cuenta el ejemplo del caso clínico: hospital de día.

El grupo como comunidad de cumplimiento del deseo y de la defensa

Freud: Identificación como formación intermediaria que mantiene reunidos a los sujetos de la I.

Anzieu: El grupo, a la manera del sueño, es una modalidad del cumplimiento del deseo icc. Grupo, lugar para realizar deseos, para defenderse contra su realización. Habla de fuerzas actuantes en el agrupamiento: por una parte la celebración, por el grupo que se instituye; por la otra, la denuncia de la I instituida, alienada y que perpetúa la rigidificación del movimiento social, la permanencia de los poderes coercitivos y la jerarquía de los valores opuestos a la satisfacción del deseo.

El agrupamiento asegura la comunidad de cumplimiento del deseo y de la defensa contra el deseo. Habla de escenificación y dramatización de los deseos prohibidos y reprimidos y el funcionamiento de la censura.

Kaes dice que la transmisión intersubjetiva es una modalidad de cumplimiento de deseo, no solo por la identificación, sino porque existe un deseo compartido: el deseo del deseo del otro o el deseo de una defensa común contra el deseo.

El grupo, en cuanto formación intermediaria, es lo que en el seno de la I vincula entre sí, en una realización de tipo onírico y por la comunidad de síntomas, fantasmas e identificaciones, a los sujetos de la I, de manera que puedan cargar en ella sus deseos reprimidos y encontrar los medios de defenderse contra ellos.

El trueque de una parte de felicidad posible a cambio de una parte de seguridad: renuncia pulsional y advenimiento de la comunidad civilizada

Cuenta sobre el recorrido que hace Freud sobre la felicidad, desde el principio de placer, después principio de realidad. Lo más importante que plantea Freud y retoma Kaes es: lo que es la cultura, que se caracteriza por la manera como son reguladas las relaciones de los hombres entre sí. Y dice que la vida en común sólo resulta posible cuando una pluralidad logra reunirse en un conjunto más poderoso que cada individuo particular y se mantiene unida frente a cualquier individuo singular (El malestar en la cultura).

En todas las respuestas que da Freud se habla de la necesidad de renunciamiento. Nuestra cultura está construida sobre la represión de las pulsiones y sobre el renunciamiento. Habla sobre las compensaciones y el contrato obtenidos a cambio de la coacción y el renunciamiento. Reemplazo de la fuerza individual por el poder colectivo.

Lo que Freud describe es una entidad bifronte: renuncia a las pulsiones y advenimiento de la comunidad.

Contra la violencia de la pulsión de posesión, la comunidad de derecho exige la renuncia.

La permanencia, la afiliación y el sostén del sujeto singular en el estar juntos: el contrato narcisista

Para el icc, la I se inscribe en el espacio de lo sagrado. El origen divino de la I asegura poder, legitimidad, permanencia absoluta.

Freud dice que no renunciamos nunca al narcisismo, y esto asegura la continuidad de las generaciones. His majesty the baby… remember?

Tres ideas:
  1. La doble existencia del individuo en cuanto persigue su propio fin y en cuanto es miembro de una cadena a la que está sometido sin la intervención de su voluntad, está sometido.
  2. Los padres hacen de su hijo el portador de sus sueños de deseo no realizados y el narcisismo primario del hijo se apoya en el de sus padres.
  3. El ideal del yo es una formación común a la psique singular y a los conjuntos sociales.
La I se funda sobre este doble status del individuo y sobre las formaciones intermediarias en la medida que sostienen la relación entre el sujeto y el conjunto: la identificación, el co-apuntalamiento, pero también el contrato narcisista y el pacto de negación.

El contrato narcisista explica las relaciones correlativas del individuo y el conjunto social: cada recién llegado tiene que cargar al conjunto como portador de la continuidad y recíprocamente, con esta condición, el conjunto sostiene un lugar para el elemento nuevo. Tales son los términos del contrato narcisista: exige que cada sujeto ocupe un lugar ofrecido por el grupo y significado por el conjunto de las voces que desarrollaron un discurso conforme al mito fundador del grupo. El CN está implicado en la fundación. Toda fundación institucional contiene, ocultas, la continuidad de un mandado y la de su ruptura.

El mito dice el origen, proporciona una matriz identificatoria y un código para afrontar la relación de lo desconocido. Permite pensar el horror primordial y el caos contra el cual la I nos protege. La función del mito es el mantenimiento del CN. El mito fija el relato de ese tiempo de los orígenes y define la relación de cada uno con el antepasado fundador y con la genealogía afiliativa que de él mana. (Creo que a esto se refería Gontá cuando nos dijo que leamos bien a Kaes, aunque nosotros hablamos de pacto de negación, el CN se relaciona con el mito del origen, sería el mito del eterno retorno, ¿no?)

Las trampas de la I: el pacto de negación, el pasar en silencio y la protección contra lo negativo

Pacto de negación: formación intermediaria genérica que, en todo vínculo, condena al destino de la represión, la negación, la renegación que mantiene en lo irrepresentado y en lo imperceptible, hecho que vendría a poner en cuestión la formación y el mantenimiento de ese vínculo y de esas cargas de las que es objeto. P de N como uno de los correlatos del contrato de renuncia. Se trata de un pacto icc, un acuerdo por el establecimiento de un consenso, destinado a asegurar la continuidad de las cargas y de los beneficios conectados con la estructura del vínculo y a mantener los espacios psíquicos comunes, necesarios para la subsistencia.

El pacto hace callar a los diferentes, cuyo enunciado, no se formula nunca. Acuerdo tácito icc. Es reprimido, reduplicación del silencio: el precio del vínculo consiste en aquello que no podría cuestionarse entre las personas que vincula.

Después diferencia el P de N con la protección contra lo negativo.

La estructura psíquica icc de la I

Es el resultado del montaje de estas formaciones bifrontes que hacen que se mantengan unidos los sujetos de la I y determinan los procesos psíquicos específicos que se desarrollan en él. Cada I se despliega sobre la estructura icc de otra I.

3. Sufrimiento y Psicopatología en las instituciones

Sufrimiento de/en las I 3 fuentes de sufrimiento: una es inherente al hecho institucional mismo; otra a una I particular, a su estructura social y a su estructura icc propia y la otra a la configuración psí del sujeto singular. El espacio institucional es también la escena de sufrimientos propios de los sujetos que quizás la I revela o controla. La I efectúa la gestión de otros sufrimientos distintos de los que son suscitados por el vínculo que ella organiza y por las cargas que ella requiere. El sufrimiento actual no se resuelve siempre en la historia singular, sino que puede estar anclado en la red del vínculo. La I no sufre, nosotros sufrimos de nuestra relación con la I. Por proyección, lo que sufre en los sujetos de la I: la I en nosotros, lo que en nosotros es la I, es lo que sufre. Sufrimos por el hecho institucional mismo, en razón de los contratos, pactos, acuerdos que nos ligan en una relación asimétrica, desigual. Sufrimos por el exceso de la I, por su falta, por su falla. También sufrimos EN la I por no comprender la causa, el objeto, el sentido del sufrimiento que experimentamos en ella.
Sufrimiento de lo inextricable y patología institucional Confusión de los elementos o la indiferenciación del elemento y del conjunto. Los espacios psí comunes isomórficos son inextricables (no se pueden desenredar, muy intrincado y confuso) por necesidad de desubjetivización. Otro aspecto de la patología institucional es el desarrollo de estados pasionales. Pasión describe bien el intenso sufrimiento psí. También pueden ser las amenazas de cambio. Lo que tiene de genérico el sufrimiento institucional se ancla normalmente en dos niveles psíquicos de la vida institucional: el de lo inextricable, lo sincrético y lo indiferenciado; el de lo contractual, que estructura las formaciones bifrontes del vínculo.
Sufrimiento asociado con una perturbación de la fundación y de la función instituyente Perturbaciones que pueden ser referidas a las fallas de las fundaciones contractuales implicadas en la función instituyente. Fallas que se manifiestan por exceso o por defecto o por inadecuación entre la estructura de la I y la estructura de la tarea primaria culminan en un sufrimiento. Fuente constante de sufrimiento está asociada con las perturbaciones ajenas a la constitución de la ilusión: la falta de ilusión institucional priva a los sujetos de una satisfacción y debilita el espacio psí común para la realización del proyecto. El sufrimiento es el de la desilusión. Todas las fallas contractuales podrían considerarse un sufrimiento de la fundación y de la función instituyente. El mito, la ideología, la utopía son formaciones intermediarias estructurantes y defensivas, cuya saturación, tanto como su falta son fuente de sufrimiento psíquico.
Sufrimiento asociado con las trabas a la realización de la tarea primaria La tarea primaria (TP) de la I funda su razón de ser, su finalidad, la razón del vínculo que establece con sus sujetos. Casi siempre existen otras tareas que entran en competencia o en contradicción con la TP. Las trabas a la realización de la TP son en realidad ataques contra la comunidad en el cumplimiento del deseo que sostiene la representación-meta icc común a los sujetos de la I. Estas trabas se manifiestan de diferentes maneras y entre ellas están los mecanismos de defensa institucionales (puede ser lo que decía Gontá de Sarubbi cuando ejercía el control como mecanismo de defensa para que sobreviva el servicio).
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